194. La excepcional normalidad de 2024.

Transcripción:

Resumen en 290 palabras, 2 minutos de lectura.

Los procesos electorales afectan significativamente a la contratación pública. La iniciativa política suele incrementar el gasto público antes de las elecciones para cumplir promesas electorales y mejorar su imagen. Sin embargo, el año electoral suele ver una disminución en la inversión debido a la campaña y a la transición de gobiernos. El 2024 representa un año sin elecciones en España, similar a 2017, después de varios años marcados por elecciones y años preelectorales, la implementación de la Ley de Contratos del Sector Público en 2018, y la pandemia en 2020-2021.

Por otro lado, es importante que la administración tenga presupuestos aprobados para licitar contratos. Muchos ayuntamientos ya han aprobado sus presupuestos, y aunque los plazos varían según el tamaño de la población de cada municipio la gran mayoría de los ayuntamientos están ya con presupuesto aprobado o trabajando en su aprobación. En este momento todas las comunidades autónomas tienen su presupuesto aprobado.

Los fondos Next Generation, que totalizan 37.000 millones de euros desde 2021, seguirán influyendo en la contratación pública en 2024. España ha recibido la mitad de estos fondos, destinando aproximadamente un 40% a inversiones públicas. El año 2024 será un año parecido a 2023 en este sentido, con abundantes recursos y proyectos.

Por otro lado la tendencia a la baja en cuanto al Periodo Medio de Pago a proveedores de las distintas administraciones públicas se consolida, las empresas disponemos de un marco previsible y unos plazos correctos para el cobro de las facturas. Algo esencial para el normal funcionamiento de los negocios que hace años que dejó de ser noticia para convertirse en algo normal.

El 2024 promete ser un año de normalidad en la contratación pública, ofreciendo un entorno estable para los negocios y la economía.

Hasta aquí el resumen.

El año que comienza se plantea como un año normal, algo que, por unas cosas o por otras, no pasa desde hace 6 años y que salvo los eventos posibles pero improbables, los cisnes negros, y las veleidades de algunos gobernantes, no ha sido la tónica general en los últimos tiempos.

A continuación te planteo una incompleta, sesgada y por qué no, bienintencionada reflexión sobre lo que nos deparará 2024 en todo este asunto de vender a la administración.

2024 un año sin elecciones y sus condicionantes a la contratación pública.

Los procesos electorales tienen una incuestionable incidencia en la contratación pública, especialmente cuando se trata de inversión en infraestructuras (contratos de obras) aunque también en otras inversiones que pueda hacer la administración, como la compra de un mobiliario, o la redacción de un proyecto.

El caso es que el año anterior al de la cita electoral los políticos, que son quienes aprueban los presupuestos, deciden el destino de los dineros públicos. Las elecciones cierran ciclos, mandatos, y los políticos se apremian a dar cumplimiento a lo que prometieron en su programa electoral, y también a rematar o impulsar aquellas actuaciones que dan lustre a su mandato y tratan de dejar contentos a todos.

Sea como fuere, el frenesí inversor del año previo al periodo electoral tiene su contrapartida en el año de las elecciones en el que por cuestiones organizativas, campaña, plazos legales, formación de gobiernos, tomas de posesión, etc., no hay tanta inversión, ya no como en el año anterior a la cita electoral, sino como en un año normal.

Y 2024 nos trae eso, un año normal, un año sin citas electorales a la vista. Un año que a priori se parecerá a lo que fue el año 2017,ya que:

  • El año 2018 fue año preelectoral y además entró en vigor la actual Ley de Contratos del Sector Público.
  • El 2019 fue año electoral.
  • 2020 fue el año del Coronavirus.
  • 2021 fue el año después de la pandemia.
  • 2022 fue año preelectoral.
  • Y en 2023 hubo elecciones.

La verdad es que, como pasa el tiempo, y de qué forma se puede ver alterada la normalidad durante tanto tiempo. En cualquier caso el que estamos empezando es un año estándar, y de hecho lo que viene bien a cualquier negocio y a la economía en general es la normalidad. 

La aprobación de presupuestos para 2024 y su incidencia en la contratación pública.

De forma simple y resumida podemos decir que para que la administración convoque una licitación es obligatorio que el dinero para pagar las facturas esté consignado en el presupuesto de esa administración. Sin dinero reservado para pagar no hay licitación posible, de eso se encargan las (según el caso) distintas personas que llevan a cabo los trámites y actos previstos en la ley para sacar adelante los contratos públicos.

Por eso son tan importantes los presupuestos, por un lado porque garantizan que haya dinero para pagar nuestras facturas, y por otro porque si no hay presupuesto o no se ha reservado en el presupuesto una partida para una determinada inversión o actuación no habrá licitación ni contrato.

A día de hoy muchos e importantes ayuntamientos han aprobado ya sus presupuestos. Muchas otras ciudades están todavía confeccionándolos o negociando su aprobación con las distintas fuerzas políticas.

En cualquier caso, la aprobación de los presupuestos municipales está sujeta, como no podía ser de otra manera, a distintos actos, trámites y plazos que como te puedes imaginar tienen su enjundia. No es tarea fácil, aunque es tarea con fecha ya que:

  • Madrid y Barcelona tienen que tener sus presupuestos aprobados el 31 de diciembre, como así ha sido.
  • Hasta el 15 de enero tienen que tener el presupuesto aprobado los ayuntamientos de entre 500.000 y 1.000.000 de habitantes. Y efectivamente, muchos de ellos, sino la totalidad, ya lo han hecho.
  • Hasta el 31 de enero los de entre 100.000 y 500.000 de habitantes. Aquí hay de todo.
  • Hasta el 15 de febrero los ayuntamientos de entre 20.000 y 100.000 de habitantes. 
  • Y por último, tienen hasta el 28 de febrero todos los ayuntamientos de menos de 20.000 habitantes. 

Si un ayuntamiento no aprueba sus presupuestos en los plazos previstos se prorrogan los presupuestos del año anterior. Lo que no interrumpe el ritmo de gastos y compras corrientes, aunque complica bastante que el ayuntamiento con presupuesto prorrogado haga cualquier inversión o gasto no previsto en el presupuesto ya que todo se debe gestionar mediante modificaciones presupuestarias con sus correspondientes y farragosos trámites.

Aunque lo normal es que los ayuntamientos aprueben sus presupuestos y todo se mueva dentro de la normalidad, más aún a principio de legislatura cuando a nivel político no es tan necesario marcar distancias (aunque de todo hay) y la intención es empezar a hacer, a aplicar el programa y recuperar la normalidad.

Por otro lado, tenemos a los Gobiernos Autonómicos que a 5 de enero de 2024 ya han aprobado sus presupuestos para 2024 con la única excepción de Navarra, que ya ha prorrogado el presupuesto de 2023 y acordado iniciar la tramitación de los presupuestos para 2024. Osea que a este nivel, todo en orden, preparado y dispuesto para que el año sea normal.

Que todas las administraciones tengan sus presupuestos aprobados no solo es síntoma de normalidad, es que es necesario para que todo funcione con la normalidad que todos los negocios y la misma sociedad necesitan para su desarrollo. Los Presupuestos Generales del Estado para 2024 todavía no están aprobados, que los gobiernos autonómicos sí lo hayan hecho es garantía de estabilidad para los ayuntamientos que en muchos casos dependen de las transferencias y partidas presupuestarias autonómicas para financiar inversiones y servicios en los municipios.

La cuestión es que, a este respecto, el año empieza bien y además cabe esperar que la Administración General del Estado cuente con presupuesto en este primer trimestre de año, aunque a ese nivel ya se sabe que puede pasar de todo.

El impacto en la contratación pública durante 2024 de Los fondos Fondos Next Generation.

Los fondos Next Generation, que desde finales el año 2021 suman un total de 37.000 millones de euros, seguirán regando la economía y siendo parte de la financiación de contratos públicos durante 2024. 

En este momento España ha recibido el equivalente al 50% de los fondos previstos, en diciembre de 2023 se solicitó el cuarto desembolso de los ocho previstos, este cuarto desembolso será por un importe de 10.000 millones de euros. En torno a un 40% de los fondos son destinados a inversiones en el sector público y por tanto mucho de ese dinero acaba financiando actuaciones que son objeto de un contrato público.

En septiembre de 2022 dediqué un episodio al impacto de los fondos Next Generation en la contratación pública, lo cierto es que tanto dinero generó muchas expectativas, aunque en aquel momento los números nos decían que no era para tanto. Quizá era pronto para evaluar su impacto, al fin y al cabo se había cumplido poco más de un año después del primer desembolso. 

Este año haré un análisis sobre el impacto de estos fondos durante 2023 ya que efectivamente se vienen viendo muchos contratos con la coletilla de la financiación con estos fondos. En cualquier caso, en 2024 todavía está previsto que sigan llegando fondos Next Generation que en mayor o menor medida seguro que servirán para animar el panorama de la contratación pública.

Otros asuntos que nos traerá 2024 para los que vendemos a la administración.

La contratación pública es dinámica continuamente pasan cosas: surgen controversias, se resuelven otras, aparecen novedades, o emergen hechos o circunstancias que no estando directamente relacionados le influyen; además hay fuertes inercias y está condicionada tanto por las voluntades políticas como por los plazos y trámites garantistas que la rigen. Aunque dentro de este habitual dinamismo hay cuestiones de fondo que nos permiten mirar adelante con confianza.

El Periodo Medio de Pago de las administraciones públicas sigue mejorando

Durante el año 2023 se han reducido los plazos en los que las distintas administraciones públicas pagan sus facturas. Aunque lo importante no es el dato de 2023, lo importante es la constatación de que existe estabilidad a este respecto y la tendencia a lo largo de los años es de reducción de los plazos en los que se cobran las facturas. Se puede decir que cobrar en plazo es lo normal, y que la tendencia es a cobrar antes.

Aunque es cierto que todavía hay algunos ayuntamientos que siguen pagando muy tarde -algo que se puede saber y tener en cuenta antes de presentar la oferta- hoy por hoy lo normal es que las facturas se cobren en menos de dos meses. Y es que ya han pasado más de diez años desde que Bruselas exigió al Gobierno de España que “atara en corto” a comunidades autónomas y ayuntamientos teniendo en cuenta precisamente el Periodo Medio de Pago a proveedores.

No pagar las facturas a tiempo cada vez sale más caro a las administraciones públicas

Recientemente se publicaba en el Boletín Oficial del Estado que el tipo legal de interés de demora a aplicar durante el primer semestre natural de 2024 sería del 12,5%. Después de 5 años con el tipo legal de interés de demora situado en el 5%, en el primer semestre de 2023 subió hasta el 10,5% y en el segundo semestre se situó en el 12%. 

Pagar tarde cada vez sale más caro y aunque como medida disuasoria de cara a las administraciones públicas no tiene mucho valor (disparan con pólvora del Rey), para los contratistas que cobran tarde sí es una compensación muy interesante. Teniendo el cobro asegurado habrá muchos que no les importará vender a un ayuntamiento que paga tarde en lugar de hacer un depósito en el banco al 3%. 

La Inteligencia Artificial aplicada en el ámbito de la contratación pública

El año 2023 fue el año en el que la Inteligencia Artificial se hizo accesible a través de los LLM, en español modelos de lenguaje de gran tamaño, muchas empresas ya están explorando y empezando a ofrecer servicios tanto a la administración como a los contratistas para aprovechar las potencialidades de esta incipiente tecnología.

Durante el próximo año veremos surgir nuevas e interesantes iniciativas que, bien usadas, servirán para facilitar el trabajo de unos y de otros. Lo cierto es que no hacen falta grandes avances, con que surjan funcionalidades o herramientas que permitan ahorrar tiempo y ser más efectivos, será suficiente. Al menos de momento no se puede poner a una inteligencia artificial al mando, ni confiar en ellas ciegamente.

En 2024 más transparencia, menos impunidad

Cada año que pasa los datos son más accesibles, más abiertos, la aplicación de la ley de transparencia se abre paso, los expedientes son electrónicos, y los actos y trámites que dan lugar a la adjudicación de un contrato hace tiempo que no quedan sepultados bajo kilos de papel en un archivo con poca luz. 

Para los humanos fiscalizar cientos, ya no digamos miles, de expedientes de contratación resultaba una labor imposible, por eso se acudía a las técnicas de muestreo. Esto está cambiando, y mucho además. 

Actualmente tenemos:

  • Por un lado el OCR, que significa Reconocimiento Óptico de Caracteres, una tecnología que permite convertir imágenes de texto a texto editable. Tecnología que ha dado un gran salto cualitativo en los últimos años. Ahora los pdf guardados como imagen ya no son un problema para descifrar su contenido y hacerlo legible por máquinas.
  • Y por otro lado los LLM, los modelos de lenguaje de gran tamaño asociados a software de inteligencia artificial que cuando revisan un documento lo “entienden” y que bien entrenados son capaces de detectar anomalías o malas prácticas en expedientes y colocar “banderas rojas” para que un humano pueda revisarlos.

Con estas tecnologías se podrán revisar la totalidad de los expedientes de contratación, sino ahora, dentro de muy poco, ya que la disponibilidad y bajo precio las hacen accesibles a todo el mundo. Es cuestión de tiempo, y no mucho además.

Aunque seguro que todavía quedan personas seguras de sí mismas, que se sienten impunes, que piensan que todavía se pueden hacer cosas sin que se entere nadie. Hoy por hoy esa sensación de impunidad es debida a la ignorancia, la tecnología que permite revisar todos los expedientes, de este año, del pasado, del otro… ya existe. 

Más transparencia no es solo más limpieza, es más confianza en las instituciones y las normas que los regulan.

No están todos los que son, aunque son todos los que están. Este es el marco en el que a grandes rasgos vamos a trabajar en este recién estrenado año. Esperemos tener un año soso, lleno de normalidad, con las sorpresas y sobresaltos habituales, un año en el que lo importante siga siendo estable. 

Este texto es una transcripción del episodio nº 194 del podcast ‘Contratación Pública’ que se puede escuchar en Spotify, iVoox, Apple Podcast y en cualquier reproductor de podcast.

Tutorial gratis Primeros pasos para vender a la administración

Apúntate para saber hacer un estudio de mercado, comprobar si tu empresa puede vender a la administración, y alguna cosa más

"*" señala los campos obligatorios

Este campo es un campo de validación y debe quedar sin cambios.
0
    0
    Carrito
    Tu carrito está vacío