Cobrar de la Administración – 1

Resumen – 1,5 minutos de lectura.

He querido ahondar, razonar los porqués, de ese prejuicio -por otra parte, fundado- de que la administración pública paga mal, paga tarde.

Hubo unos años con una profunda desaceleración económica que nuestros políticos no supieron, ni interpretar, ni gestionar bien.

Los ingresos públicos caían, pero se confiaba en una recuperación que como se ha visto después, tardó mucho en llegar.

Las facturas se amontonaron, durante meses, años…

En esas circunstancia, el entramado legal, los límites y las reglas financieras de nuestras administraciones públicas eran francamente mejorables y necesitaban una actualización a la nueva realidad económica.

Finalmente y tras dos largos años se recuperó la normalidad, y con ella llegaron nuevos límites, reglas, controles. Instrumentos que HOY nos permiten confiar e incluso afirmar que aquello no volverá a pasar.

Hoy se cobra normal y puntualmente de la administración pública.

Hemos abordado la parte más general, las circunstancias que asentaron el prejuicio, y cómo se resolvió. 

En el próximo episodio seguiré hablando de cobrar. Aunque de una forma mucho más concreta. 

Hablaremos de lo que prevé la Ley de Contratos del Sector Público en cuanto a cobrar, de lo que podemos hacer nosotros para asegurarnos el cobro, y de cómo evitar vender a administraciones que pagan tarde.

Hasta aquí el resumen.

Cobrar de la administración es un tema sobre el que cualquiera puede opinar.  

Vengo observando que, en muchas ocasiones, las opiniones más radicales vienen de quienes no cobran.

No es que no cobren por que les deben dinero. 

Es que no cobran porque no venden a la administración.

Precisamente, dicen que ellos no venden a la administración porque se cobra tarde, y mal.

En muchos casos esas personas hablan de oídas, opinan sin tener la experiencia de presentar sus facturas todos los meses.

No pasa nada. Es lo normal. 

Cobrar de la administración, sus retrasos, la falta de formalidad es un asunto sobre el que existen muchos prejuicios.

Y es que, todos esos prejuicios, tienen un fundamento.

Origen

Para hablar de morosidad, de problemas para cobrar de la administración pública, tenemos que recordar nuestra historia más reciente.

Por un lado:

  • Todos recordamos la situación que se vivió en nuestro país entre los años 2008-9 a 2012-13.
  • Años de mucho endeudamiento -tanto público, como privado- que desembocaron en una crisis económica sin precedentes.

Por otro lado: 

  • Cada 4 años, hay elecciones. 
  • En mayo de 2011, en España hubo elecciones municipales y autonómicas.

Al final de cada legislatura, los políticos se afanan por cumplir sus programas, sus promesas.

Se aplican a satisfacer los deseos de los ciudadanos, en hacer o en rematar lo que no se ha podido hacer o terminar antes.

Y esta fue la gota que colmó el vaso.

En los años 2009, 2010, 2011, las cuentas iban muy mal, cada vez peor.  

Nuestros políticos -en lugar de ajustar las cuentas y tratar de anticiparse a lo que se avecinaba- continuaron con su clásico y típico ciclo pre-electoral.

Lo normal. Solo que esta vez, no había dinero para pagar las facturas. 

Contrataron obras, ampliaron servicios, o crearon nuevos…

Y todo eso lo hicieron cuando los ingresos de las administraciones públicas no paraban de caer. 

Nos decían que estaban gastando para hacer políticas contracíclicas. 

Muchas administraciones públicas estiraron el brazo más que la manga.

El panorama era este:

  • Por un lado la caída de ingresos de todas las administraciones.
  • Por otro lado, el aumento del gasto por el periodo pre-electoral, 
  • A lo se añade el efecto de las llamadas políticas contracíclicas.

Resultado = las conocidas como facturas en los cajones

Técnicamente no eran facturas en los cajones

Ocurría que como no había dinero para pagarlas y archivarlas, se quedaban, literalmente, en un cajón. O amontonadas en una mesa.

Las administraciones públicas habían gastado por encima de sus posibilidades. 

No ingresaban.

Y ahora, no podían seguir endeudándose para pagar las facturas. 

Un panorama apocalíptico que se mantuvo durante más de un año. 

Es normal que diez años después muchas personas sigan pensando que la administración paga tarde, y mal. 

No les podemos reprochar nada, solo podemos actualizar su información.

Soluciones

En el verano de 2011 España estaba al borde del rescate.

En Europa no nos dejaban dinero, ni para pagar facturas ni para pagar los vencimientos de la deuda. No se fiaban.

En septiembre de 2011 se reformó el artículo 135 de la Constitución Española. 

Si el gobierno de España quería dinero, la Unión Europea, los que nos iban a dejar el dinero, querían garantías.

Esa reforma del artículo 135 de la constitución, limita el déficit público, limita también la posibilidad de endeudarse, y dio prioridad al pago de los créditos sobre cualquier otro compromiso de pago.

Aunque. Seguíamos sin dinero para pagar las facturas. Las facturas de los cajones.

Los políticos y tecnócratas de la Unión Europea seguían sin confiar en los políticos españoles. El problema seguía sin resolverse. 

Los proveedores, los contratistas, seguíamos sin cobrar.

Pasadas las elecciones de noviembre de 2011, a finales de abril de 2012 se aprueba la Ley Orgánica 2/2012 de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera.

A estas alturas que la administración paga mal y tarde no es una creencia. Es un hecho contrastado que viene aconteciendo desde hace dos años.

Es normal que todavía muchas personas sigan pensando que la administración paga tarde, y mal.

La Ley Orgánica 2/2012 de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera, suponía desarrollar lo establecido en la reforma del artículo 135 de la Constitución. 

Es el gesto que esperaban en Europa.

Los objetivos de la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera son:  

  • Garantizar la sostenibilidad financiera de todas las administraciones públicas: se acabó eso de estirar el brazo más que la manga. Especialmente a las autonomías y los ayuntamientos.
  • Fortalecer la confianza en la estabilidad de la economía española: porque esto antes esto era un sindios.
  • Y reforzar el compromiso de España con la Unión Europea en materia de estabilidad presupuestaria: no se fian y nos lo hacen escribir en el Boletín Oficial del Estado y que sea ley.

A diferencia de la normativa anterior sobre estos asuntos, esta ley regula en un texto único la Estabilidad Presupuestaria y la Sostenibilidad Financiera de las administraciones públicas, tanto del Estado como en las comunidades autónomas, y los Ayuntamientos.

¿A qué obliga esta ley?

  • A que todas las administraciones públicas tengan equilibrio o superávit, sin que puedan incurrir en déficit estructural.
  • Esta ley también incorpora la regla de gasto. La regla de gasto es un precepto establecido en la normativa europea por el que las administraciones públicas no pueden aumentar su gasto por encima de la tasa de crecimiento de referencia del producto interior bruto.
  • La ley tiene unas cuantas obviedades más. Verdades de perogrullo que, por la cuenta que te trae, tú ya aplicas para gestionar tu negocio, y que ahora todas las administraciones públicas están obligadas a cumplir. 

Lo interesante de esta ley es que, además de dejar meridianamente claras estas reglas y hacerlas de obligado e ineludible cumplimiento para toda la administración pública de nuestro país, también, estableció los mecanismos de control, y las medidas preventivas, correctivas, y coercitivas para que todo esto se cumpla.

¿Y qué pasó después de esta ley?

  • El gobierno de España accedió a los créditos. El dinero que hacía falta para que las empresas y profesionales cobráramos las facturas que llevaban -en algunos casos- casi dos años en los cajones.
  • El gobiernos de España se ocupó, directamente a través del Ministerio de Hacienda, de pagar las facturas en los cajones.

Los desmanes más grandes se habían cometido en los ayuntamientos.

Y por eso, en diciembre de 2013, se promulgó la Ley 27/2013 de racionalización y sostenibilidad de la Administración Local.

Un instrumento más que sirve para que el funcionamiento de los ayuntamientos sea más eficiente, más sostenible, y también para controlarlos más.

Hay que tener en cuenta que en España existen más de 8.000 municipios, es muy importante que estén bien controlados. 

Cobrar de la administración hoy

Ocho años después de que se promulgara la Ley Orgánica 2/2012 de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera, y 6 años después de la Ley 27/2013 de racionalización y sostenibilidad de la Administración Local, se puede afirmar que ambas leyes SE CUMPLEN, que se lo han tomado en serio y que, en cuanto a cobrar, ni es lo que fue, ni volverá a ser. 

La situación en estos momentos es esta: 

  • En cuanto a la administración general del Estado: normalidad, pago en los plazos legales. 
  • En cuanto a las comunidades autónomas: normalidad, pago en los plazos legales. 
  • En cuanto a los ayuntamientos: la gran mayoria de ellos son serios y están pagando en plazo. 

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